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miércoles, 4 de mayo de 2011

Notas para una revisión crítica a COMMONWEALTH
 Introducción

Commonwealth [1](2009) es el último capítulo de la trilogía escrita por Michael Hardt y Antonio Negri, que comenzara con Imperio[2] (2000) y continuara con Multitudes[3] (2004). Si el entusiasmo recibió a Imperio, acorde con los tiempos de luchas anticapitalistas que se extendían globalmente, y el silencio fue el espíritu de acogida de Multitudes, este tercer volumen tiene una recepción diferente atendiendo a las críticas del portavoz del comando del capital financiero, Wall Street Journal en su edición del 7-10-2009, y del de la socialdemocracia aggiornada al neoliberalismo The Independent . Dice Wall Street: “Commonwealth es un libro oscuro y malvado y es inquietante que aparezca impreso por la prestigiosa editora Harvard University Press. Son incontables los millones de personas que fueron masacradas en el siglo XX por los secuaces de Karl Marx”. Para concluir “Dios nos asista si regresa este azote en el siglo XXI”. Mientras en The Independent  se lee: “Una de las ideologías más desacreditadas de la historia está regresando, no ya como una fuerza política, sino como una mercancía de mercado”.  A nuestro entender, ese rechazo visceral se debe a la irrenunciable apuesta de los autores por las opciones revolucionarias anticapitalistas. Al apartarse de la modalidad supuestamente inofensiva que tanto les criticaran luego del  primer texto Imperio, las lecturas de WST y TI son buen augurio, constituyen sin duda una buena señal.        
Imperio, contemporáneo a la batalla de Seattle describe el nuevo orden mundial en construcción, en el marco de una globalización que ha llegado para quedarse. Este primer texto conjunto, da cuenta del surgimiento de un nuevo régimen de acumulación a escala mundial que, a diferencia de épocas pasadas,  carece de un único centro de comando del capital. Se trata de un régimen descentrado. Examina los aspectos constitucionales que la nueva figura de la soberanía en el Imperio representa como forma política del capitalismo mundializado. En ese sentido es posible concebir al Imperio como la transferencia de soberanía de los estados nación hacia una entidad superior. Se trata de identificar una nueva forma de soberanía global diferente de la forma del Estado-nación. Será en Imperio donde ambos autores buscan captar las causas materiales, políticas y económicas de tal desarrollo y, al mismo tiempo, definir el nuevo tejido de contradicciones que necesariamente encierra. En el mismo texto, H &N  en línea con el trabajo de Tronti, muestran al imperio como tendencia - y, como tal- posible de configurarse según diversas variantes, todas ellas sujetas siempre a las luchas de resistencia.
Multitudes, guerra y democracia en la época del Imperio, orienta su objetivo a producir una nueva teoría de la soberanía. Si bien sus bases teórico-políticas han sido avanzadas en Imperio, ahora se ven expandidas y fortalecidas tras la perspectiva de disolución total del concepto de soberanía. El carácter disciplinario del poder biopolítico, la potencia política de las masas, la declinación del estado nación, el problema de la soberanía, así como el carácter hegemónico que asume la producción inmaterial son todos registros que reaparecen en Multitudes.. como principios organizadores de la producción. Luego de Multitudes… es  posible decir que, en nuestros días, democracia y soberanía son conceptos mutuamente excluyentes. Multitudes… es el intento más serio de construcción política anti hobbessiano que, si bien latente en Imperio, se explicita con transparencia a partir del reconocimiento de la nueva fenomenología de las guerras en curso. Siguiendo la genealogía del pensamiento moderno en la línea de Machiavelo-Spinoza-Marx, y en menor medida quizás Nietszche, (en contraposición a aquella otra delineada según Hobbes-Rousseau-Hegel), para quienes el concepto de democracia no puede ser definido como una forma de gobierno entre otras, sino como aquella forma de vida conjunta que constituye la posibilidad de gobierno tout court, H & N  se muestran partidarios de un tipo de democracia: la democracia absoluta. Para H & N la democracia absoluta entendible como expresión de la multitud excluye toda forma anárquica, y debe ser pensada como expresión del común. Común entendido como el sustrato ontológico, garantía de ese ordenamiento no anárquico. Y si la democracia es concebida como una forma de estar juntos, este abordaje excluirá definitivamente aquel viejo adagio hobbessiano de que “todo hombre es un lobo para otro hombre”. Por ello es que la multitud solo es concebible en el terreno de la praxis. No se trata de revelar o explicar la multitud, sino en todo caso de abordarla en su construcción política, de hacer multitud. La multitud es una multiplicidad irreducible, imposible de captar dada la fragmentación post moderna; tampoco es parte o miembro de un proletariado cohesionado; sólo es concebible en tanto portadora de “una subjetividad que emerge desde su dinámica de singularidad y de comunidad”. Si Imperio define las nuevas condiciones de acumulación y comando del capital a nivel global como un difuso orden social, la multitud es la subjetividad resistente que confronta con el Imperio; la clase capaz de construir un nuevo orden superador. Más allá de las referencias que puedan hacer a Maquiavelo y a Spinoza  el concepto de multitud en H & N comienza a delinearse a partir del análisis del pasaje del trabajo fordista al trabajo post fordista, del paso del trabajo de masas -sujeto al principio taylorista- al trabajo de tipo social que de conjunto conforman las determinaciones materiales de la multitud. Y al construir el concepto de multitud  se enfrentarán a la disolución concreta del trabajo de masas así como con aquel elemento constitutivo de ese trabajo de masa expresivo y material, es decir su organización y aparato productivo (dispositivo en términos foucaultianos).

Si Imperio puede ser interpretado como el texto donde se pretende abordar la espacialidad del poder, y Multitudes como la obra donde se plantean algunos problemas referidos a la multitud, como el de su organización, y la descripción del sujeto antagónico en el Imperio, Commonwealth intenta dar cuenta del común en tanto esqueleto y columna vertebral de la multitud. Donde la relación del común con la de multitud se confunde, se yuxtapone. Dicho de otra manera, la constitución del común y la constitución de la multitud  se vuelven tendencialmente intercambiables. Por lo que se afirma que la noción de común no precede a la de la multitud. Más aún, el hacer multitud es el común. En Commonwealth H&N nos proponen una ética de la libertad para vivir en un mundo común articulado sobre la constitución de nuestra riqueza común. Al concentrarse en la lógica de las instituciones y modelos de governance adecuados a la nueva forma que adopta la riqueza común global, los autores pujan por una superación de la oposición entre público y privado así como por la política que sustenta esta concepción, para finalmente buscar articular  las bases teóricas de lo que denominan el gobierno de las revoluciones.
El problema fundamental que deben resolver H & N  es el de construir la noción de común al interior de la relación capitalista. Será partiendo del capital como relación social – entre quien manda y quien obedece, entre el capital fijo y el capital variable-, como una relación de fuerzas y por tanto de luchas, que será posible comprender las características de la producción biopolítica de nuestro tiempo, y en ese marco avanzar sobre la noción del común. El capital, será entendido como  una relación de fuerza contra fuerza, modalidad de análisis propuesta ya por Maquiavelo, Marx e incluso el propio Gramsci. Sin embargo, reconocer que el capital se ha vuelto cognitivo no alcanza. Ya que en la medida que esta materia prima se vuelve primordial para la producción, para el propio capital, en ese mismo momento el capital deviene biopoder; es decir inviste la vida. Se trata de un biopoder capaz de modificar el proceso productivo alterando las cantidades de trabajo inmaterial puestas en juego tanto en el proceso productivo como en la fase de circulación. La incorporación de la circulación implica incorporar nuevos espacios, nuevos tiempos y nuevas temporalidades (expresadas en la dificultad para diferenciar ahora el tiempo de vida y el tiempo de trabajo). En este proceso el biopoder del capital se extiende al espacio global por lo que la globalización deberá ser considerada como parte de su realidad de manera inmediata. Y en ese marco la globalización debe ser entendida como un elemento de la articulación global-local. La relación global-local no puede ser abordada de manera estática y rígida sino cambiante y dinámica en el tiempo acompañando a la movilidad espacial y a la temporalidad flexible de la fuerza de trabajo. En la medida que el capital cognitivo se enmarca en esa relación global-local el capital financiero se modificará explotando ahora no solo la fuerza de trabajo sino la propia espacialidad. En ese contexto la relación entre renta inmobiliaria territorial y la ganancia industrial se convierte en una relación absolutamente íntima[4]. 
El término commonwealth (literalmente riqueza común) no resulta de fácil traducción. En principio es posible asimilarlo a la cosa pública, res publicae en latín, es decir el espacio que incorpora a la ciudad, aunque no el espacio de la familia; también resulta ser el nombre que Hobbes diera al cuerpo político analizado y abordado en el Leviathán. Para H & N commonwealth representa el emblemático significante de la tradición política republicana. Por lo que la república puede ser considerada bien como la república de los propietarios, bien como la república del común.       

 El concepto de común debe ser abordado tanto desde su dimensión económica  como desde su dimensión ecológica. Se trata de un concepto fundamental, que da cuenta de las transformaciones, tensiones y antagonismos que modelan y alcanzan nuestro presente. Por común H & N se refieren al mundo material como al resultado de la producción  social, esto es ideas, conocimiento, imágenes y afectos.

En las páginas iniciales de Commonwealth H & N advierten sobre el propósito del libro, el cual representa un intento por “articular un proyecto ético, una ética de la acción política democrática en y contra el Imperio” [5]  Reiterando posiciones ya adelantadas en Imperio y en Multitudes, argumentan que, a pesar de los conflictos, inseguridades y contradicciones provocadas por la globalización, ya no es posible concebir un espacio por fuera del nuevo orden global capitalista; para bien o para mal la globalización ha creado un mundo común. Y como no hay un afuera, la creación de un futuro más sustentable y democrático exige actuar en este mundo mediante nuevos proyectos colectivos de autoorganización e invención política. Commonwealth representa un intento hacia la articulación de condiciones de posibilidad de una democracia global de la multitud. Se trata de desarrollar las potencialidades del proyecto revolucionario republicano que se han visto bloqueadas frente a la transformación de los derechos individuales y políticos primarios en términos de propiedad volviendo así inseparables el homo propietarius y el homo politicus, los conceptos de república y de propiedad. Se trata de partir entonces de ese orden republicano corrompido por la propiedad aunque no reducible a ella (y en esto radica la interpretación democrática y comunista del republicanismo que los autores construyen) para fundar cualquier proyecto de liberación.
Más allá de la identificación histórica alcanzada entre propiedad y derecho (solamente tienen derechos reconocidos los propietarios) H & N se esfuerzan por recuperar la cara oculta de la tradición republicana, cuya potencialidad liberadora se ejerce desde el interior mismo del capital y su derecho. En ese sentido Commonwealth nos propone una novedosa teoría y práctica comunista construida desde la superación del orden histórico republicano a partir de una altermodernidad que es presentada simultáneamente como alternativa a la anti modernidad. Debemos recordar que la modernidad y el republicanismo se encuentran íntimamente ligados ya que será en la modernidad cuando se vuelve dominante la forma republicana de la relación de propiedad.      
Si por un lado el capitalismo neoliberal generó nuevas formas de dominación echando mano a nuevas estrategias de privatización y acumulación de capital (los modernos enclosures del común), paralelamente la globalización creó espacios comunes y nodos de conocimiento particularmente en el reino de la comunicación digital y la producción cultural. Articulaciones del común, que a pesar de permanecer aún cautivas de los distintos alineamientos de la producción biopolítica en el imperio, representan una potencialidad inmanente para construir un proyecto alternativo democrático: “el devenir Príncipe de la multitud”.
En esa perspectiva H & N nos convocan a auscultar las nuevas estructuras productivas capitalistas que determinan la producción del común así como las tensiones políticas que atraviesan dichas estructuras. Son precisamente estas tensiones políticas las que se encuentran emparentadas de manera directa con la crisis financiera desatada a fines del año 2008[6]. 
Es la producción biopolítica la que abre las puertas a una ontología sustentada en el común, conectada al común. Es este llamado a la subjetividad, su generación y potencialidad como poder constituyente de la multitud lo que da el marco central a la lucha política en Commonwealth. En este sentido H & N movilizarán dos conceptos adicionales: la pobreza y el amor. Amor entendido como concepto político y filosófico que da cuenta de la perspectiva de los pobres así como de las incontables formas de solidaridad y producción social que se reconocen en todos aquellos que viven en la pobreza. Donde la verdadera esencia del pobre no se encuentra en sus carencias, sino en su poder, en estar dotado con poderes de invención y creatividad. En la óptica spinozista el amor es alegría, es decir incremento de nuestro poder de actuar y de pensar. Según Spinoza el amor es producción del común que no externa ni está separada de la producción  económica: es inseparable de la producción del capital. De esta manera el amor en un contexto de producción de redes colectivas esquemas de cooperación y subjetivación social se transforma en un verdadero poder económico. Para H & N el proceso del amor debe ser abordado desde un proceso de constitución, como proceso de composición de poderes: constitución del común y composición de singularidades.      
La gran virtud de Commonwealth es haberse atrevido a plantear nuevamente la existencia de las bases materiales y subjetivas que sustentan el fin del capitalismo, afirmación y apuesta que ha desaparecido en el discurso de muchos teóricos incluso de la izquierda radical. Si bien, es cierto, se trata de una larga transición, lo importante es reconocer las fuerzas existentes. La subjetividad, sustrato material de la singularidad, no se instituye solo como base de los procesos de la economía inmaterial y de las formas de trabajo precario -donde trabajo y vida tienden a confundirse-, sino también como la base material de una nueva forma de organización política asentada, ahora sí, en aquel otro patrimonio republicano fundado en una política de libertad, igualdad y democracia de la multitud. Libertad e igualdad que no se dan en el marco de la propiedad y sus garantías, sino debido al libre acceso de todos al común. Lo que supone una sociedad libre de identidades, es decir de clase, raza, géneros. “La identidad como propiedad por rebelde que sea siempre puede acomodarse a las estructuras de la república de la propiedad”.[7]Lo que la identidad es a la propiedad lo es la singularidad al común”.[8]       
En Commonwealth, H & N retoman la hipótesis de trabajo según la cual en nuestros días ha acaecido un quiebre en la historia del capital. Se debe a la tendencia cada vez más cognitiva, inmaterial y cooperante de la fuerza de trabajo en los países centrales y al renovado antagonismo indígena latinoamericano que organiza y mantiene la autonomía tras una resistencia basada en la pobreza y la anticolonialidad. Dicho quiebre en el desarrollo capitalista vuelve tendencialmente vacía la relación capital, en la medida que éste ya no se enfrenta al obrero como organizador de la fuerza de trabajo, sino que esa organización es, cada vez más, un proceso autónomo que el trabajador conduce. Paralelamente la fuerza de trabajo desarrolla una contracultura y, sobre todo, nuevas institucionalidades en el marco de la cooperación y relación entre singularidades. Este fenómeno, al que H & N denominan éxodo de la fuerza de trabajo, es representativo de la capacidad constituyente de dicha fuerza de trabajo. Poder constituyente que comienza a desplegarse en las sociedades latinoamericanas indígenas y que en contraposición a la antigua dicotomía poder constituido vs poder constituyente, es revelador de nuevas formas constitucionales, de estructuras de nuevos ordenamientos totalmente abiertos a un poder constituyente. Este fenómeno nos coloca, dicen H & N, ante un nuevo modelo de constitución, en la medida que hasta ahora el Termidor era quien tomaba la posta al momento de la normalización constitucional de las rebeliones e insurrecciones.


[1] Commonwealth, Antonio Negri, Michel Hardt, Harvard University Press, 2009.
[2] Empire, Antonio Negri, Michel Hardt, Harvard University Press, 2004
[3] Multitude war and democracy in the age of empire, Antonio Negri, Michel Hardt, Harvard University Press 2004  
[4] Ver C. Marazzi Capital and language, Semiotexte, 2008 y artículos varios en La gran crisis de la economía global –Mercados financieros luchas sociales y nuevos escenarios políticos. AAVV A. Fumagalli, S. Mezzadra, S. Lucarelli, C. Marazzi, A.Negri, C. Vercellone. Edit. Traficantes de sueños, 2009, Madrid.   
[5] Commonwealth, op. cit vii
[6] Ver al respecto el texto La gran crisis de la economía global… op. cit.  
[7] Commonwealth, op. Cit. Pág. 338.
[8] Ibidem pág. 339.

César Altamira
Córdoba,  23-04-10 

2 comentarios:

  1. Es verdad "Se trata de un concepto fundamental, que da cuenta de las transformaciones, tensiones y antagonismos que modelan y alcanzan nuestro presente. "

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