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jueves, 24 de noviembre de 2011


Las evidencias (directas) de la dictadura financiera


 ANDREA FUMAGALLI


1. El invierno 2011-12 no promete ser sólo caliente en términos de conflicto social y político, sino también y sobre todo en términos de los mercados financieros y de crédito.

La situación se agrava paradójicamente por la doble velocidad con la que el plan de la governance institucional y financiero se mueven. Cuando se trata de imponer políticas de reordenamientos de las cuentas públicas con maniobras recesivas a sangre y lágrima, los tiempos para la toma de decisión, en nombre de la emergencia, son muy rápidos. Cuando se trata, por el contrario, de coordinar políticas de intervención  en apoyo del endeudamiento de los estados afectados por la especulación, entonces los tiempos se prolongan sin límites.



Todo esto no es sorprendente. Forma parte de la política habitual de los dos tiempos. Un primer tiempo de sacrificio, de subordinación a la lógica dominante del poder económico y financiero, a la espera de un segundo tiempo, que nunca llegará. Esperando la próxima crisis ...



Ya hemos visto una dinámica similar cuando se construyó la unión monetaria europea, ideológicamente considerada como la culminación del sueño de una unión europea política y social. Nada podría estar más lejos de la verdad, y ahora vemos los efectos perversos. En ese momento, principios de los 90, la necesidad ineludible de cumplir con los criterios de Maastricht (la “emergencia para entrar en Europa "), marcó el punto de inflexión decisivo para el cambio en las políticas de distribución del ingreso (una transferencia "institucionalizada "de las rentas del trabajo a las rentas del capital) y el inicio del proceso irreversible de la precarización del trabajo y la vida. Hoy en día, la situación de emergencia se llama crisis de la deuda soberana (la "emergencia de permanecer en Europa"). Se trata de una situación que, a diferencia de los años 90, marca un vacío en el accionar a nivel institucional europeo.

Las razones que subyacen en la base del constante gap decisional de la autoridad institucional europea y mundial se puede resumir en la voluntad política de "no decidir" (" laisser faire "). En lo que respecta a Europa, las instituciones político-institucionales (BCE, Ecofin, Comisión Europea) han perdido por completo aquella (escasa) autonomía, de la que podían presumir unas décadas atrás. No obstante las declaraciones de Barroso (la última hace unos días, 21 de noviembre, con el objetivo de demostrar la intención de la política europea para resolver la crisis, tal vez mediante la introducción de bonos de los Estados europeos (eurobonos) para reemplazar a los bonos del gobierno nacional), las instituciones europeas siguen siendo instrumento dócil con relación a la compatibilidad dictada por la oligarquía financiera y por las (en colusión)  agencias de calificación.


2. El bio-poder de los mercados financieros ha aumentado considerablemente con la financiarización de la economía. Si el producto interno bruto mundial en 2010 fue de 74 trillones  de dólares, las finanzas lo sobrepasan: el mercado global de bonos vale 95 trillones de dólares, las bolsas de todo el mundo 50 trillones, los derivados 466 trillones (ocho veces más que la riqueza real). Todo esto es bien conocido, pero lo que a menudo se olvida a tener en cuenta es que este proceso, así como cambió el centro de la valorización capitalista de la producción material a la producción inmaterial y de la explotación del trabajo manual a la del trabajo cognitivo, dio lugar a unanueva "acumulación primitiva", que, como toda acumulación primitiva, se caracteriza por un alto grado de concentración.

En el mercado bancario, desde 1980 a 2005 se produjeron aproximadamente 11.500 fusiones, una media de 440 al año, lo que redujo el número de bancos a menos de 7.500 (datos de la Reserva Federal). En el primer trimestre de 2011, cinco sociedades de negocios (JP Morgan, Bank of America, Citibank, Goldman Sachs, HSBC EE.UU.) y cinco bancos (Deutsche Bank, UBS, Credit Suisse, Merrill Lynch-Citycorp, BNP Paribas) tienen el control de más del 90% de los derivados total (datos de OCC, Office of Comptroller of the Currency)

En el mercado de valores, las estrategias de fusiones y adquisiciones han reducido significativamente el número de sociedades cotizadas. Hasta la fecha, las primeras 10 sociedades con mayor capitalización bursátil, lo que representa 0,12% de las 7.800 sociedades registradas, detentan el 41% del valor total, el 47% de los ingresos y el 55% de las ganancias registradas.

A partir de estos datos, se puede argumentar en realidad que los mercados financieros no son algo imparcial y neutral, sino que son expresión de una clara jerarquía: lejos de ser competitivos, esconden una pirámide, que que tiene en el vértice pocos operadores financieros en condiciones de controlar más del 65% de los flujos financieros globales y, en la base, un gran número de pequeños inversionistas e instituciones financieras que desempeñan un papel pasivo. Esta estructura de mercado permite que sólo unas pocas empresas (en particular las diez mencionadas anteriormente) sean capaces de dirigir e influir en la dinámica del mercado. Las agencias de calificación (a menudo en connivencia con las mismas sociedades financieras) ratifican, de manera instrumental, las decisiones de la oligarquía que se hacen de vez en cuando.

Cuando uno lee frases, "son los mercados los que solicitan", o "es la opinión de los mercados" de vez en cuando, debemos darnos cuenta de que estos llamados mercados, presentados ideológicamente como entidades metafísicas, neutrales y por tanto objetivas, no son más que la expresión de un poder preciso.

La verdadera governance política no está más ya en las instituciones políticas, sino en la jerarquía financiera. Después de haber sido un fiel servidor en los años 90, durante la construcción monetarista y monetaria de la Europa, no permite que las instituciones europeas puedan mantener su voz. El servilismo se ha convertido en servidumbre .
 

3. El espiral de la especulación se mueve en la perspectiva de la máxima ganancia en el menor tiempo posible. La política económica necesita una escala de tiempo más largo. Esta brecha es uno de los factores estructurales que hacen a una inestabilidad endémica. Siempre que la governance financiera comande a la governance política y siempre que la institución política, en nombre del laissez faire, trabaje para que esa primacía continúe, la situación de crisis económica no podrá ser resuelta.  


La actividad especulativa se concentra en aquellos sectores donde se registra una relación de deuda crédito con un mayor riesgo. Después de la crisis de las subprime, la deuda soberana de los paises europeos  se ha revelado como un terreno fértil: se trata de una deuda (que en realidad tiene muy poco de soberana) que ha crecido sólo para cubrir los vacíos existentes en el mercado financiero tras la crisis de 2008.
 

El mecanismo de la especulación es el siguiente. Algunas grandes sociedades financieras comienzan por vender los bonos gubernamentales de los países que, en su opinión (de acuerdo con las agencias de calificación) se encuentran en riesgo de tener dificultades de financiación. En consecuencia, se alcanza la depreciación del valor de los títulos, induciendo expectativas negativas sobre el valor esperado a futuro. Las tasas de interés relacionadas con la emisión de nuevos bonos comienzan a crecer, ampliando el diferencial ( spread ) con el interés de los bonos de los estados considerados más seguros (como el alemán). Esta tendencia se autoalimenta in crescendo hasta crear una situación de emergencia ( la economía de choque, shock economy , diría Naomi Klein) que obliga al Banco Central a intervenir mediante la compra de bonos del gobierno, a cambio de la liquidez monetaria y al mismo tiempo, exigir e imponer drásticas medidas económicas, a veces ficticias para reducir el déficit. Es  la señal que la especulación ha vencido. Todo esto es bastante conocido. Lo que es menos conocido es que, al mismo tiempo, el valor de los derivados que garantizan los bonos del estado ( Credit Default Swaps , CDS) ha crecido enormemente, en proporción cada vez mayor de los spreads  de las tasas de interés. Esto permite a los titulares de los CDS que puedan beneficiarse de ganancias de capital más elevadas. Hasta aquí la explicación teórica. Ahora vamos a los nombres de los actores de esta actividad especulativa, en relación al caso italiano. A principios de 2011, Deutsche Bank, uno de los cinco bancos que tienen el control del mercado de CDS, comenzó a vender cerca de 7 billones bonos del gobierno italiano (BTP). Después de esto, el valor de la BTP italiano comienza a disminuir y el spread con los  bonos alemanes similares comienza a aumentar hasta más de los 300 puntos, para llegar a mediados de noviembre a más de 500. Las tasas de interés aumentaron de 3% a más del 7% en pocos meses, con un incremento en los gastos debidos a los intereses estimados en alrededor de 8-9 millones de euros. Al mismo tiempo, el valor de los CDS sobre la deuda italiana aumentó en casi 5 veces, lo que permitió grandes ganancias en términos de potenciales beneficios del capital.


4. Las políticas económicas que se imponen en Italia, Grecia, Portugal y España no tienen como objetivo el saneamiento de las finanzas públicas, sino que tienen por objeto establecer explícitamente la primacía del poder económico y financiero sobre el ámbito político ( del control social-político mediático al control disciplinario de las finanzas ). El caso de Grecia es emblemático. Después de cuatro financiamientos draconianos en nombre de una supuesta recuperación, las previsiones del PIB para 2011 son desastrosas (- 5,3%), con el resultado de que la relación déficit / PIB, lejos de reducirse es probable que aumente. El intento político del gobierno de Papandreou, para hacer frente a protestas a gran escala, de celebrar un referéndum sobre las políticas de austeridad duró lo que canta un gallo. El objetivo de restablecer la autonomía de la política con respecto a  los dictados financieros fracasó miserablemente. Grecia ha puesto en marcha un gobierno de unidad nacional bajo la égida del gobernador ex comisario del BCE, supino  a los intereses de la jerarquía financiera. La democracia no es sinónimo de finanzas . Esto no es nada nuevo. Treinta años de neoliberalismo han hecho creer ( a quien quería y a quien tenía interés en creer) que la jerarquía del mercado (ideológicamente denominado "libre mercado") podía ser compatible con el ejercicio democrático, aunque más no fuera con el ejercicio formal de los votos. La crisis de la deuda soberana ha corrido este miserable velo. El rey está desnudo, pero nadie (especialmente la izquierda) parece darse cuenta.


5. La situación en Italia, aunque diferente desde el punto de vista económico, es muy similar,  desde el punto de vista político. Italia se ha convertido en un objetivo atractivo debido a su muy baja credibilidad política. La forma en cómo el gobierno de Berlusconi afrontó el inicio de  la crisis en agosto no hizo más que empeorar la situación . Paradójicamente, el gobierno de Berlusconi ha demostrado ser menos fiable a los ojos de los mercados financieros que lo que podría ser un gobierno de centro-izquierda . Ante esta situación, un nuevo gobierno provisional, de Solidaridad Nacional, dirigido por Mario Monti asumió el cargo. Se sabe que Mario Monti, reconocido economista,  es, por otra parte, presidente europeo de la Trilateral,  Asesor Internacional de Goldman Sachs, una de las sociedades financieras que controla, con el Deutsche Bank, el mercado de CDS. Voceros de los mercados financieros (reporteados por el periódico Milano Finanza) confirman que el propio Goldman Sachs, al igual que lo había hecho el Deutsche Bank a principios de este año, había desencadenado una ola de ventas de bonos del Tesoro a principios de noviembre, acelerando la crisis de gobernabilidad de  Berlusconi. Berlusconi (Papandreou) se ha visto obligado a dimitir, no por la política, sino por los potentados italianos económicos y financieros .


6. Es interesante notar que el efecto Monti se empieza a senti. El CEO del Deutsche Bank, Joseph Ackermann (IIF y presidente de la asociación de los grandes bancos internacionales), el 20 de noviembre, en una conferencia en Berlín organizada por el periódico Süddeutsche Zeitung (diario conservador), dijo que el Deutsche Bank tenía la intención de aumentar la exposición de los bancos alemanes en bonos del gobierno italiano de mil millones (lo que quedó después de las fuertes ventas, 7000 mil millones de BTP italianos a principios de este año) a 2,3 millones (Fuente: Financial Times). Algunos podrían pensar que el cambio de la dirección del Gobierno de Italia ha producido inicialmente efectos benévolos. De hecho, es simplemente la señal de que el Deutsche Bank ha cambiado de color. Será necesario verificar en las próximas semanas si tal señal será capturada también por las demás grandes sociedades  financieras. Si esto ocurriera, significaría que la presión especulativa podría no tomar más como mira Italia y trasladarse a otro lugar, tal vez Francia. Una vez más, esto confirma que la especulación ha ganado y en ese sentido, no podemos estar alegres: simplemente confirma que seguimos siendo rehenes de los poderes financieros . La zona del euro está sin embargo todavía en situación de riesgo.


7. El cambio político en Grecia e Italia, de hecho, confirma la suposición implícita de que los mercados financieros son intocables. Y que resulta más imprescindible la necesidad de equilibrar ese poder. Puesto que las instituciones políticas hoy dominantes son incapaces de hacerlo, necesitan que alguien puede hacerse cargo. Y es por eso que, dentro de los movimientos sociales germina otra alternativa, el llamado "derecho al default "

Hay que destacar que las principales sociedades financieras en realidad no quieren el default de los estados; incluso para ellas sería una amenaza seria, ya que dispondrían de menos material sobre el que desencadenar los procesos especulativos (algo así como eliminar a "la gallina de los huevos de oro "). Por lo tanto, no hay (en teoría) margen de maniobra para renegociar la estructura de la deuda en clave europea, con el propósito de sustraer del mercado de capitales una cuota de los títulos públicos que ahora son objeto de presiones especulativas.

Técnicamente, esa maniobra es posible, sin causar reacciones adversas en Italia, especialmente a la luz de la nueva composición de la deuda pública italiana. Hasta los años 90, el 50% de la deuda estaba en manos de los hogares en forma de ahorro (se había invertido en letras del Tesoro), y el 95% de éstos seguía invertido en Italia ( a través de los hogares y los bancos). En ese momento, buscar el defecto sería absurdo y contraproducente. Pero hoy, en 2011, el 87 % de la deuda pública está en manos de los bancos y las finanzas, y más del 55% en el extranjero. De acuerdo con Morgan Stanley, un 20% de este 87% está formado por los fondos de pensiones y fondos de inversión propiedad de las familias italianas, aunque gestionados y controlados por las compañías financieras y por lo tanto, teniendo en cuenta que el 13% de los valores son propiedad directa de los hogares, sólo un tercio de la deuda pública italiana tiene que ver con actividades de ahorro. El resto es pura especulación, en la mayoría de los casos, internacional. Sólo a partir de estos datos, se podría habilitar un default controlado a través de un cambio, unilateral y sancionado por la ley, sobre las condiciones de  los contrato de deuda y de crédito. Con este fin, se puede asumir congelar una parte de estos bonos, sacándolos de la esfera de las sociedades financieras especulativas y sustituirlos por bonos del Estado europeos (como los Eurobonos ), fuera de la libre circulación de capitales (con una tasa de interés, por ejemplo, 1,5 ó 2 puntos más que la oficial), y descongelarlos después de un número razonable de años. A una propuesta similar se le han planteado varias objeciones, de las cuales dos son relevantes. La primera dice que de esta manera el valor de los bonos del gobierno italiano se depreciaría con efectos negativos sobre el valor patrimonial del sistema bancario crediticio. Es cierto, pero uno no debe preocuparse demasiado: en primer lugar, porque incluso la constitución del Fondo Europeo para los Estados Save (SESF) sólo prevé una depreciación de los bonos griegos a los titulares de los bancos entre el 30 y el 60% y en segundo lugar, porque de esta manera también el sistema bancario (y no sólo para nosotros, que estamos haciendo ya) pagaría por la crisis. La segunda objeción es más importante: frente a la hipótesis de congelamiento, podrían surgir dificultades en la colocación de nueva deuda, con el riesgo de pagar más intereses. Es la posible reacción de los poderes financieros. A esto se puede responder con la obligación de mantener una cierta cantidad de nuevas emisiones de bonos como parte de las reservas bancarias, a fin de garantizar, por ley , la propia relocalización y sería necesario que el BCE, recuperando su rol institucional de  prestador en última instancia, denegado por el Tratado de Maastricht, se hiciese cargo, en primera instancia, mediante la compra de bonos del gobierno en el mercado interno principal (a cambio de la creación de dinero nuevo) y no sólo en el mercado secundario (es decir, la compra de bonos del gobierno que ya están en circulación ). ¿No estamos, como decimos, en situaciones de emergencia?

La problemática de la propuesta no es tanto "técnica", sino política: se trata de hecho de introducir restricciones a la circulación en el mercado de capitales y crear un nuevo organismo que tenga la función de la tenencia de valores "congelado". Y este nuevo organismo no puede ni debe ser el BCE, sino más bien una agencia "política" europea, destinada a la construcción de una política fiscal europea común destronado toda soberanía nacional fiscal en el ámbito de la fiscalidad y el gasto público. llegado aquí, de hecho, el principal problema político que ha favorecido la aparición de la especulación financiera europea, la falta (forma) de una política fiscal única europea, con un solo presupuesto y un proyecto de ley presupuestaria. Tal vez, en un contexto en el que se coloquen el derecho de señoreaje y la ley de presupuesto en el mismo nivel de governance, la actividad especulativa hubiera tenido menos grados de libertad para actuar. Pero esa es otra historia.



Traducción: César Altamira

Publicado en el sitio UniNomade 2.0  http://uninomade.org/prove-conclamate-di-dittatura-finanziaria/


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