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martes, 24 de enero de 2012


Cinco preguntas sobre la crisis



La profundización de la crisis, con sus devastadoras consecuencias sociales, continúa desplazando conocidos paradigmas interpretativos. Provocando no solo la bancarrota de las principales corrientes económicas sino también nuevos desafíos para quienes han continuado en estos años practicando, de manera original, la crítica de la economía política. Brevemente, todo parece indicar una relación cada vez más estrecha entre las categorías económicas y las categoría políticas. Para abrir la discusión al interior del sitio Uninomade 2.0 formulamos cinco preguntas a Andrea Fumagalli, Christian Marazzi y Carlo vercellone en forma de diálogo. Carlo ha volcado algunas reflexiones sobre el conjunto de los temas propuestos por nosotros que se pueden leer abajo como conclusiones. 



A cargo de Sandro Mezzadra – Toni Negri



¿Piensan ustedes de verdad que los mercados carecen de un liderazgo latente, por lo que cualquiera que sugiera una operación puede concretarla? ¿Que (los mercados) se encuentran fuera de toda teoría del complot, dentro del análisis simplemente de cualquier mecanismo de decisión que prevé momentos de unificación consciente y no simplemente concentración espontanea? 



Andrea Fumagalli: La grandes sociedades financieras tienen un comportamiento que podemos definir de oligopolio colusivo. Su objetivo es obtener ganancias. En esta fase las ganancias más elevadas se obtienen del intercambio de los derivados CDS, en particular aquellos relativos al riesgo del default público y privado. La naturaleza colusiva del oligopolio financiero viene garantizada a partir de la intermediación realizada por las sociedades de calificación. Luego de la crisis de las subprime (fin del año 2007) hemos asistido a un ulterior proceso de concentración en los mercados financieros. Veamos algunos datos:



Si el PIB del mundo entero del 2010 fue de 74 mil billones de dólares, las finanzas lo superan: el mercado de obligaciones mundiales alcanza un valor de 95 mil billones de dólares, las bolsas de todo el mundo 50 mil billones y los derivados 460 mil billones de dólares. De conjunto estos mercados mueven una cantidad de riqueza ocho veces más grande que la producida en términos reales: industria, agricultura y servicios. Todo esto se conoce, pero lo que se olvida es que este proceso, más allá de desviar el centro de la valorización y de la acumulación capitalista de la producción material a aquella inmaterial y de la explotación del trabajo manual hacia el trabajo cognitivo, ha dado origen a una nueva acumulación originaria caracterizada por un elevado grado de concentración. En lo que respecta al sector bancario el dato de la Reserva Federal dice que desde 1980 a 2005 se verificaron cerca de 11500 fusiones, a un promedio de 440 por año, reduciendo así el número de los bancos a menos de 7500.  En el 2011 cinco Sociedades de Intermediación Inmobiliarias y divisiones bancarias, J.P. Morgan, Bank of America, Citybank, Goldman Sachs, HSBC USA y cinco bancos (Deutsche Bank, UBS, Credit Suisse, Citycorp-Merril Lynch, BNP-Paribas) han alcanzado el control de más del 90 % del total de los títulos derivados. En el mercado accionario la estrategia de fusiones y adquisiciones han reducido de modo considerable el número en la lista de sociedades. Hoy en día, las primeras diez sociedades con mayor capitalización de bolsa, que equivalen al 0,12 % de las 7200 sociedades registradas, detentan el 41 % del valor total, el 47 % del total de los ingresos y el 55 % de las ganancias registradas. En este proceso de concentración el rol principal le ha correspondido a los inversores institucionales (término con el cual se indica todos aquellos operadores financieros , de las Sociedades inmobiliarias a la banca a las aseguradoras, que gestionan por cuenta de terceros las inversiones financieras, son hoy aquellos que en los años 30 Keynes definía como los especuladores de profesión. Hoy, siempre según los datos de la Reserva Federal los inversores institucionales negocian títulos por un valor nominal de 39 billones, el 84,8 % del total, con un incremento  del 20 veces respecto a veinte años atrás. Por otra parte esta cuota ha aumentado en el último año gracias a la difusión de los títulos soberanos.   

No creo que haya alguien que aconseje la estrategia a seguir a los directivos de las grandes sociedades financieras, mucho menos alguien que venga de la política.  Como explicaré más adelante el poder económico-político está en las propias manos y lo pueden ejercer sin que sea necesario sugerencia alguna. El objetivo es, como siempre en el capitalismo, la ganancia y la riqueza, sin ninguna conducta basada en las reglas. El problema no es la sed de ganancias de los mercados financieros sino, más bien, aquellos que fungen de vasallos y de súbditos.   

Christian Marazzi: El liderazgo latente existe, por supuesto. Bien sintetizado por Andrea Fumagalli y Carlo Vercellone, el liderazgo de los mercados se realiza de verdad en la fenomenal concentración del capital financiero industrial creado en el curso de los últimos veinte años, siguiendo las líneas del stop and go de la financiarización.  Banca de inversión, empresas multinacionales, hedge funds, fondos institucionales y fondos de pensión representan su corazón, son propiamente quienes crean el mercado, orientando la fase especulativa, normalizando lo que Keynes llamaba la convención, como la convención latinoamericana, aquella de la internet, la de las subprime, y luego la de la deuda soberana. El ataque al euro decidido en febrero del 2010 en Nueva York, por un grupo de fondos especulativos nos da un ejemplo reciente. Luciano Gallino, en su Finanzcapitalismo, ha cuantificado de manera absoluta que ¨los hombres que cuentan¨ en el mundo, sin error, son diez millones. Desde el punto de vista de la pirámide del poder, corresponde al lobby que hemos mencionado, porque, más allá que al nivel del G20, del FMI, de la UE o del BCE, accionan al interior del estado nación articulando su escala local, constituyen las líneas guías del capitalismo financiero. Lo que me parece más importante sin embargo es lo siguiente: el liderazgo latente está, pero no siempre. El poder financiero ciertamente crea el humor del mercado, define, por así decir, la marcha normal de la fase de acumulación, aquella fase central de la curva de Gauss durante la cual los inversores se mueven miméticamente, en  grey, siguiendo el principio, precisamente, de la convención históricamente determinada. Pero en la fase del pánico, en el codo de la curva gaussiana, cuando aparecen los cisnes negros de Taleb, el liderazgo entra definitivamente en crisis, convulsionándose al compas de lo imprevisto y de lo imprevisible. Los cisnes negros no son necesariamente la crisis financiera, aquella implícita y cíclica propia de la teoría de la inestabilidad de Minski. Son, más bien, el producto de los eventos sociales y políticos que escapan a toda modelización política financiera. Cuando el pánico se instaura, el liderazgo es igualmente desplazado. Un aspecto, que al menos para mí, no se ha aclarado teóricamente lo suficiente, es el origen de las convenciones. Al respecto, no creo en la espontaneidad de la formación de la convención, propia de aquellos teóricos de las finanzas autorreferenciales, como es el caso de Andre Orlean, quien está entre los que han explicado de mejor forma el funcionamiento de los mercados financieros. Creo que las convenciones se determinan de manera conveniente teniendo en cuenta una serie de factores estratégicos (más allá obviamente de las oportunidades de ganancias) entre los que el desequilibrio macroeconómico, y geopolítico, la configuración monetaria (las diferencias por ejemplo entre la FED y el BCE) no son pura bagatela, así como el hecho que existan países con superavit y países con deficits etc.      



Muchos analistas políticos piensan que los mercados han empobrecido  en los estados su capacidad de centralización; que ahora la acción de los estados ya no es simplemente una acción soberana, sino una acción soberana sobre determinada por un coágulo de intereses financieros. La fase siguiente al 2008 con  el refinanciamiento de la banca por parte de los estados habría concluido con una ulterior sujeción del poder soberano a los intereses del mercado. ¿Cómo funciona todo esto, si es que funciona, en la actual crisis?

AF: El hecho que la crisis de las subprime no haya provocado el colapso de los mercados financieros se debe al hecho verificado del pasaje del endeudamiento privado (causa de la crisis del 2007) al endeudamiento público (causa de la crisis actual)  que se sumó al endeudamiento privado. Los datos de la tabla siguiente (relativos a Europa que deben actualizarse) muestran que en el bienio 2007-2009, la deuda bruta nacional (pública y privada) aumentó en dos años del 382% al 443 % del PIB, (más de un 8% anual) mientras que en el período 1995-2007 ese aumento alcanzó una tasa del 5 % anual. El endeudamiento privado aumentó a una tasa del 8 % promedio anual mientras que el público lo hizo casi a un 14 % anual luego de haber caído en el decenio precedente. Con relación al sector privado el endeudamiento mayor se encuentra  en Irlanda Holanda, Dinamarca y Gran Bretaña. Diferente es la situación del endeudamiento público: los países con menor endeudamiento privado, (Italia, Grecia y Bélgica) son aquellos con mayor endeudamiento público. Como el endeudamiento público con relación al privado es menor, relacionado con el PIB, Grecia, Italia y Bélgica pueden soportar mejor el riesgo del default que Gran Bretaña y Dinamarca (resultando más apetecibles, como gallinas ponedoras de huevos de oro, sin riesgo de ser estrangulados). Más allá de ello, se puede recordar que Gran Bretaña y Dinamarca gozan del derecho de señorazgo a diferencia de Grecia e Italia. Irlanda representa un caso particular por tener una elevadísima deuda privada y ha visto casi triplicar la relación deuda/PIB en el bienio 2008/2009. Partiendo de esta situación la política impuesta a nivel europeo tuvo por objeto alcanzar dos objetivos: a) conceder la  creación de liquidez para el sistema financiero evitando el efecto dominó de las quiebras privadas y b) una vez alcanzada la liquidez, gracias al endeudamiento público, impedir que ese endeudamiento supere un umbral crítico definido por las expectativas de la oligarquía financiera. La especulación no ha alcanzado a los países con mayor riesgo de default como por ejemplo los EEUU (que han visto pasar la relación deuda/PIB del 60 % en 2007 al 105 % a fines del 2011, en presencia de una elevada deuda privada así como de deuda externa)  Gran Bretaña y Dinamarca, sino a aquellos que no pueden gozar del derecho del señorazgo, estratégicamente menos relevantes, al interior de un paradigma tecnológico y de valorización dominante en el ámbito del biocapitalismo cognitivo actual.  El cuadro descripto refuerza la dependencia de los estados de la lógica financiera generada por la oligarquía financiera. No es una novedad. Ya desde 1994 que las instituciones político monetarias (Estados, Bancos Centrales) han comprendido que la existencia de una convención financiera es más importante que cualquier estrategia política que no sea cómplice. En esa época, 1994, fue la sublevación de Chiapas la que provocó el retiro de los fondos de pensión de México (considerado no seguro ahora) hacia los mercados financieros de Asia Oriental (Tailandia en primer lugar) A pesar del empeño conjunto de la Reserva Federal y del Banco Mundial no fue posible evitar la devaluación del peso mexicano y la postergación de la firma del NAFTA (1 de enero de 1994) Por primera vez se comprendió que la política financiera privada era más fuerte que la política privada pública (incluida la del propio EEUU) De aquí en más las decisiones sobre políticas monetarias dependerán de la dinámica de la convención financiera. Se pierde así la autonomía de los Bancos Centrales en el momento en que dichas autonomías venían siendo teorizadas por el pensamiento neoliberal. Esto condujo a la autonomía " política" de los Bancos Centrales de los estados nación en declinación, reforzando la idea de la dependencia de los mercados financieros. Nace así la governance financiera.

Lo nuevo de hoy en día es que tal governance  se encuentra en condiciones de elegir directamente los líderes políticos a incorporar en el gobierno. La governance financiera se ha transformado en dictadura. Los cientistas políticos y jurídicos deberían hacer algún comentario al respecto. 

 CM: ¿Cómo funciona la soberanía sobredeterminada?  Se puede decir que lo hace simplemente con el chantaje.  Es un hecho que la crisis del sistema bancario-financiero ha sido administrada por los estados a partir de la inyección de enorme cantidad  de liquidez y con la recuperación, por parte de los bancos centrales de una importante porción de los títulos tóxicos que ahora tienen en su seno y que todos nosotros debemos "validar" con impuestos sobre nuestros ingresos. Mientras tanto, para liberarse de la injerencia política, los bancos beneficiarios de la ayuda pública han devuelto gran parte del dinero recibido durante los momentos de crisis. Y ahora se encuentran en una posición de dictar leyes, por lo que su propio poder ha aumentado a tal grado que las medidas de la Banca Central Europea están sistemáticamente dirigidas a sostener el sistema bancario (a expensas de los países miembros de la UE) así como a la política de la impresión de moneda y puesta en circulación (quantitative easing) de la FED y del Banco de Inglaterra. Sin embargo el problema parece ser que estas medidas de creación de liquidez no parecen funcionar bien, tanto es así que se habla,, en particular con relación a Europa, de la trampa de liquidez, aquella situación en la que la inyección de liquidez no genera recuperación debido a la desconfianza de los emprendedores y consumidores (y también a partir de las altas tasas de interés pretendidas por la banca comercial) En definitiva la crisis no ha resuelto para nada los problemas que le dieron origen. Nada se ha hecho nada con relación a una nueva reglamentación del sistema bancario (porque precisamente el lobby bancario mundial ha logrado volver en vano todo intento en ese sentido) por lo que los desequilibrios fundamentales que desembocaron en la crisis continúan socavando el sistema de manera inmutable. La soberanía  en comisión, por así decirlo, es la expresión de una situación donde el poder de las finanzas es enorme, mientras que las medidas de relanzamiento de la economía resultan impotentes. Es la crisis la que es puesta en comisión.         

En la última fase muchos comentaristas sostienen que algunos gobiernos entre los que destacan el italiano y el español, corren el riesgo de ser golpeados en el terreno de las negociaciones  sobre la deuda de manera más eficaz a como lo fueron en la fase precedente introduciendo así la dimensión política, más allá de lo irrelevante, en la gestión de la crisis. ¿Piensan que estamos frente a una tendencia que pueden incluir exitosamente a los gobiernos europeos, una vez eliminada Inglaterra de la contienda? ¿Podrá el euro mantener unida a la UE o debemos pensar en una Europa que se mantiene como edificio gótico remodelando un orden monetario variado y variable?

AF: A comienzos de diciembre el CEO del Deutsche Bank, Ackermann, declaró que su institución aumentaría la compra de los bonos de BTP italianos a comienzos del 2011 de 1 billón a 2,3 billones. Recuerdo que el Deutsche Bank  había pronosticado expectativas negativas con relación a los Bonos italianos vendiendo de 7 a 8 mil millones de Bonos que tenía en su cartera desencadenando la crisis italiana. Las declaraciones de Ackermann fueron la señal de que la presión especulativa sobre Italia podía concretarse. Esto sobrevino luego de la asunción de Monti. Una situación análoga (pero de mayor envergadura) se verificó en España luego de las elecciones políticas con la victoria indiscutible de la centro-derecha (que deberá demostrar ahora ser confiable  para no necesitar una intervención, como sucedió anteriormente con Berlusconi en Italia)  Por otra parte ha sido importante la decisión de Draghi de proporcionar prestamos ilimitados al sistema bancario a fin de favorecer la capitalización de la banca. La inestabilidad aún no ha disminuido y en lo que se refiere a Italia el spread es aún alto, aunque creo, por razones diversas alos tiempos de Berlusconi: en primer lugar porque se vienen tiempos de recesión a una velocidad mayor que la prevista, no solo en Europa sino a nivel global; en segundo lugar porque se necesitará ver cuáles son las reformas del mercado laboral que serán concretadas mientras se plantea el negocio de la privatización de la salud (las pensiones ya han sido modificadas) Recuerdo (ampliamente) que mientras más libertad de despidos y más privatización de la salud y de los servicios públicos se alcance, más aumenta el papel de los mercados financieros como aseguradores social privados y más se extienden los mercados financieros. No creo personalmente, a diferencia de Christian, que el euro implosionará, y esto por dos motivos: 1- no parece convenirle a Alemania, a menos que la situación geopolítica internacional  cambie repentinamente (está por ve  que sucede en Irán: ¿los EEUU se retiran de Bagdad para estar disponibles para ir a Irán?  O pedirán la intervención conjunta europea después de la prueba libia, aunque esta vez fundada en el eje franco-alemán? 2- tampoco conviene a los grandes mercados financieros porque hasta tanto exista un doble nivel de governance, monetaria y fiscal, estamos de fiesta.

CM: no me parece de hecho que Italia y España estén atravesando un período de reforzamiento del poder de negociación  de la deuda. De manera que al patético eje Monti-Sarkozy me parece que le falta aire. La situación de la deuda está de hecho empeorando y la reivindicación de los eurobonos o de la tasa Tobin no tiene ninguna chance de éxito. Estoy convencido que será propiamente Italia (y España) la que hará saltar a Eurolandia como salida final del síndrome griego, o sea del espiral recesión-aumento de la deuda-recorte del gasto público-recesión-nueva austeridad. Hemos entrado ya en recesión y estamos próximos a la depresión.  

Los Estados Unidos no han querido nunca una Europa política y mucho menos el euro. Me pasa por la mente a veces que un viejo reflejo unilateralista haya actuado al interior de los llamados mercados  financieros  en el ataque al euro. ¿Es imaginable mutatis mutandi, un revival imperialista organizado alrededor de la defensa de la hegemonía del dólar, en el desorden global?

AF: No no creo. Los únicos que tendrían interés en la implosión del euro serían los EEUU para sancionar de modo no sólo político sino también económico-financiero la relación bilateral con China: una suerte de imperio "bipolar". Pero los EEUU hoy no disponen de la fuerza militar, ni de la fuerza política, ni de la fuerza económica para sostener la política imperialista. Ellos son también serviles a la governance financiera mundial. En los últimos meses los fondos chinos han aumentado la cuota proporcional de los intercambios totales. Se necesitará monitorear la elección financiera china. Hasta ahora los fondos chinos son gestionados por las diez hermanas del mercado financiero, pero hasta cuándo? He leído en el Financial Times de hace unos días que China está por legalizar la venta de títulos financieros en descubierto autorizando la especulación netamente financiera.

Con que provecho?  Para entrar en asociación con la élite de los mercados financieros o para buscar controlarlos?  Si así fuera el liderazgo del dólar corre serios riesgos.... 

CM: No excluyo, por el contrario, que en la fase inicial de la crisis del euro no haya estado la pata de los EEUU a través de los grandes bancos de inversión y de los hedge funds. De hecho, la demolición del euro era funcional al objetivo de poner en las sombras el problema americano del déficit-deuda pública enorme como también el comercial. Demoler el euro significaba eliminar la potencial competencia y favorecer la continuidad del flujo de capitales externos permitiendo el financiamiento de la deuda estadounidense a tasas muy bajas. La estrategia ha tenido un éxito superior a las expectativas y ahora los EEUU están preocupados por las consecuencias económicas y financieras de la crisis de Eurolandia, que podría provocar una fuerte desestabilización del sistema bancario estadounidense y también, por las consecuencias políticas, porque la división de Europa podría volver a Alemania  y parte de Europa independiente de los EEUU, reforzando el eje estratégico con China y Rusia. Un revival imperialista en relación a la hegemonía del dólar no parece posible, aunque de todos modos el dólar se está fortaleciendo como consecuencia de la crisis de Eurolandia (fuga de capitales de Europa, precisamente hacia el dólar)     

Puesta en evidencia la hegemonía del capital financiero como modo de producción, en la actual crisis financiera, ¿juega de alguna manera y cómo la relación entre finanzas y producción industrial con referencia por ejemplo tanto a Alemania como a China?

AF:  Esta pregunta requiere de tiempo.. La relación entre finanzas y producción real no está referida

a la producción industrial, sino sobre todo a la producción inmaterial. El punto nodal despues de la caida de Bretton Woods, es la definición de la unidad de medida del valor de la producción inmaterial o sea del general intellect. Al momento, de manera inestable, esta medida está definida por la valorización financiera, pero tal medida es precisamente, de manera estructural, bastante inestable para poder ser considerada “fija”. Aquí entra en juego la excedencia de la multitud de vida y del trabajo. Así como los zapatistas pusieron en crisis al NAFTA en 1994, así hoy, potencialmente, los movimientos, desde la primavera árabe hasta los occupy xxx, pueden incidir en la definición de tal medida, que no es otra que la medida de la vida puesta en valor, lo inconmensurable que trata de convertirse en “mensurable”.       



CM: Si Alemania no se pliega al diktat de las finanzas internacionales es propiamente porque el poder de la industria no ha sido sofocado por las finanzas. En Alemania es la industria la que comanda. En China es válido el mismo discurso, al menos por ahora: China ha sido inteligente en auto excluirse de las finanzas globales. De hecho no hay libertad de movimiento de los capitales; un extranjero no puede invertir en la bolsa de Shanghái, ni un chino puede invertir sobre las plazas europeas o americanas. De modo que las relaciones de China con el resto del mundo  son económicas, comerciales y políticas, mientras que las financieras son controladas y gestionadas directamente por el gobierno de Pekín. El paradigma del libre mercado (financiero) no ha llegado aún allí.     

Carlo Vercellone: Vuestras preguntas tocan algunos puntos cruciales. La primera y la última en particular configuran un verdadero y propio programa de investigación que requeriría cuanto menos un seminario ad hoc. Intentar dar por escrito un respuesta un tanto estructurada requeriría mayor tiempo para reflexionar y para reunir materiales empíricos. Por el momento me limitaré a tentar proporcionarles en crudo y de manera muy sintética algunas pistas de reflexión, partiendo de la cuestión relativa a la organización de los mercados como hilo conductor. 

El término mercados financieros parece reenviar a una lógica anónima compuesta por una miríada de sujetos no coordinados entre ellos, desde mi punto de vista errado, o al menos fuertemente inexacto.

La organización de los así llamados mercados financieros de los cuales una componente central son las grandes multinacionales que operan en la esfera de la producción ( frente a toda dicotomía entre esfera financiera y esfera productiva)  está de hecho fuertemente concentrada en lo referido a la estructura propietaria que marca sobretodo la estructura de control. Respecto a ello un reciente artículo de tres investigadores (Vitali, Glatfelder y Battistoni) del Insittuto Federal de Tecnología de Zurich “Le reseau du control global des grandes emprises” (La red de control global de las grandes empresas”) ha permitido poner en evidencia la extrema centralización del poder del capital a escala global.    

Según esta investigación “las multinacionales (corporaciones transnacionales o TNCs) forman una estructura de nudo mariposa gigante y una gran parte del control se deriva hacia el corazón de un tejido cerrado de instituciones financieras. Este corazón puede ser visto como una súper entidad económica cuya existencia genera nuevas e importantes preguntas tanto para los investigadores como para los órganos de elaboración de las políticas (policy makers)”.

Más precisamente sobre una base de datos de alrededor de 43060 empresas multinacionales (EM) se estima  que 147 EM poseen, a través de un complejo nudo de relaciones de propiedad, el 40% del valor económico y financiero de las mencionadas 43060 EM. Se constata, por otra parte, que, al interior de este conglomerado de 147 EM, se puede identificar el eje central del capitalismo global constituido por 50 super entidades representantes en lo esencial (cerca del 64 %)  de grandes entidades estadounidenses y británicas. Se observa la relativa baja opresencia de los grandes grupos de la zona del Euro (cerca del 20 %) aunque Francia con AXA (en la cuarta posición de estas 50 top) y Alemania con el Deutsche Bank (en duodécima posición) se encuentran, por así decirlo, en el corazón del corazón. Otro punto importante: de este grupo de 50 top se incluye por el momento una sola gran EM china del sector de la petroquímica (situada en última posición)  aunque este dato subvalúa ciertamente el modo en que China, como sabemos,  está construyendo su propio poder financiero mediante vías políticas diferentes de aquellas referidas a la pura y simple integración al capital global. Se observan otros datos que confirman esta extrema concentración del poder económico y financiero del capital, como por ejemplo el hecho que los dos tercios del mercado de los famosos CDS se encuentran en manos de menos de diez actores.    

Teniendo en cuenta estos datos es posible desarrollar una rápida hipótesis en respuesta a vuestras preguntas

1)      El poder del capital por lo tanto está, al mismo tiempo, centralizado y articulado a escala global, apoyado sobre una red financiera estrechamente interconectada. En este contexto un número restringido de grandes grupos financieros y de EMs toman las principales decisiones relacionadas con la especulación sobre la deuda soberana, sobre las materias primas, sobre la vivienda, sobre la reestructuración y la localización de las grandes empresas productivas, sobre la orientación de la política económica. Se podría hablar de una organización de tipo oligopólica ( aunque siempre solidaria y dispuesta a reconstituirse en capital colectivo en los momentos claves) de donde parten los impulsos estratégicos iniciales que encuentra su relevo en la lógica mimética de los mercados convalidado inmediatamente (en la  mayor parte de los casos) por los otros operadores financieros dando lugar a un proceso de autovalidación de las “anticipaciones”. En este sentido me parece posible conciliar y articular la hipótesis del leadership latente con la clásica descripción de impronta keynesiana  de la “psicología de los mercados” fundada sobre el comportamiento mimético.    

2)      Esta interconexión extrema vuelve el propio corazón del capital financiero más sensible y vulnerable al riesgo sistémico y a la lógica del endeudamiento del que se nutre la acumulación del capital.

3)      Los estados aparecen cada vez más como simples relevos de los intereses del capital financiero globalizado. Todavía, según mi parecer, esta subordinación depende no sólo de factores económicos objetivos sino de la mutación antropológica de la clase política y tecnocrática guía de los estados y de las principales instituciones de la política económica y monetaria que los han convertido verdadera y propiamente en funcionarios de las rentas del capital. Esta situación es tanto más cierta en Europa donde, por razones históricas que se deben en gran parte a la dinámica específica de la lucha de clases que la atravesaron durante la crisis del fordismo, se ha asistido a una propia y verdadera constitucionalización del poder de la renta, encarnada, en particular, en el estatuto de la llamada independencia del BCE.   

4)      El resultado es que la zona euro de los estados se encuentra privada de la existencia de un prestamista en última instancia y depende, para su financiamiento, de los mercados. De esta manera se ha podido instaurar el gobierno de la renta a través de la deuda soberana, un gobierno, ahora explícito, que dicta la política económica de austeridad y de expropiación de las instituciones del Welfare. Todavía, también en este caso (como en la crisis de las subprime), la deuda, como instrumento esencial de la acumulación capitalista, corre el riesgo de transformarse en su principal límite. Un problema central, desde este opunto de vista, es que, ante la ausencia del rol central garante del Banco Central, los títulos de la deuda pública pierden el carácter seguro de bienes refugio y devienen, en cierto sentido, títulos como cualquier otro, cuyo “valor de mercado” se desvaloriza siguiendo el balance de los bancos y de las instituciones financieras.   

Traducc: César Altamira

del sitio Uninomade 2.0  http://uninomade.org/cinque-domande-sulla-crisi/

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