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sábado, 2 de abril de 2011

1° Carta a un amigo de Túnez

 TONI NEGRI
24 de enero 2011
Querido A.,
Hace veinte años, cuando eras mi alumno en París 8, no nos hubiéramos podido imaginar que la revolución tunecina pudiese tomar el carácter de estos días y que se alcanzaran a plantear cuestiones constitucionales similares a las de una convulsión social y política propia de la Europa Central. En esas épocas estudiábamos conjuntamente la expulsión de la clase obrera de las minas de fosfato en el sur de Túnez, pródromo de las grandes olas de migración interna y externa y del lento proceso de transformación que la reubicación de las industrias textiles europeas determinaba en esa época en tu país. Tenías dificultades para mostrarme el potencial productivo de tu país más allá de la industria textil, la industria turística y de servicios de gas y petróleo (que habrían de alcanzar una cierta expansión hasta mucho más tarde) .Todo ha ido terriblemente rápido. Hace veinte años que apenas balbuceábamos sobre la globalización, y hoy en día es a tal punto tan efectiva, que Túnez se ha convertido en una provincia de Europa y con ello del mundo. Hace veinte años, apenas percibíamos la transformación del trabajo industrial en trabajo inmaterial y cognitivo; y actualmente Túnez conoce una sobreabundancia de esta figura de fuerza de trabajo. Y descubrimos también, veinte  años después de los terribles cambios que el neoliberalismo impusiera, en y a través de los cambios de la forma del mercado y de la naturaleza de la fuerza de trabajo, el fin del clásico sistema salarial, y con ello un desempleo masivo mortífero y una precarización insoportable: 35% de la población pertenece a la fuerza de trabajo cognitiva joven, pero sólo 10% de ella trabaja. Además, en Túnez, se han encadenado y acumulado ya la destrucción de los primeros frutos del welfare, ya las feroces desigualdades regionales, como los desastrosos efectos de los procesos migratorios (tanto los que tuvieron éxito como los que fueron abandonados), así como el bloqueo de la inversión extranjera etc ...Finalmente, estos últimos veinte años nos han ofrecido la afirmación de una dictadura mafiosa, una corrupción sin límites y una represión engañosa y de tratos crueles -ngañosos en el sentido que se basaba y legitimaba en los temores de Occidente frente a una amenaza Islámica-, y cruel, ya que fue pura y  simplemente una expresión de la dominación de clase, explotación y opresión organizada por los corruptos potentados contra los trabajadores y la gente honesta.
Me preguntas qué hacer ahora que la conciencia de la explotación está muy extendida y que el deseo de libertad se ha rebelado y ha sido derrotado. La insurgencia ha creado nuevas fuerzas: ¿cómo usarlas, cómo ponerlas en marcha contra los antiguos enemigos y los nuevos que aparecerán pronto, sin duda?

 Estimado profesor, me escribes, recordando  cuando bromeábamos sobre los tiempos de la Ilustración, donde se competía por los premios sobre las mejores constituciones en Polonia,  Córcega o en la misma Carolina. El hecho es que nosotros no discutimos,  (esta vez sin risas de por medio), los contenidos de una nueva Constitución para Túnez – y no tanto porque no hay quien pueda hacerla bien (impregnado por las solitarias reflexiones de la conspiración, por una cultura política global que todavía circula  – a pesar de todo- seguramente más que en Italia – y por la angustia de los disturbios y la alegría de la victoria) – sino porque hablar de Túnez, de los nuevos derechos por construir, de las garantías a definir, es también hablar de Europa, en la medida que es una de las regiones que va a liberarse de los déspotas actuales.
Mi amigo, mi compañero tu no me has convencido: que ironía, que aquello que juzgas como innecesario, permanezca en mí como una actitud mental, ya que estoy convencido que uno no puede sustituir lo que los protagonistas  hacen y proponen.  Es cierto, sin embargo, que tu problema es ahora general, que una nueva constitución de la libertad no es sólo un problema de Túnez  sino de todos los hombres libres. Así que dejo más abajo algunas reflexiones, con el fin de abrir un debate, un foro en el que muchos puedan participar.

                En primer lugar, insisto sobre este punto, que me parece más importante que los otros, para calificar lo que realmente podría ser una verdadera democracia – es decir una "democracia absoluta" que, incluso entonces, veinte años atrás, privilegiábamos.

1) A los viejos poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) que resulta necesario purificar y restaurar con vigor bajo un control permanente y en aumento del poder legislativo,  se debe agregar al menos otros dos organismos de gobierno democrático: uno que accione sobre el “sector mediático” y el otro que accione sobre los “bancos” y las “finanzas”.
En primer lugar ya no es posible imaginar un régimen democrático que no tenga la posibilidad de intimar la información, la comunicación así como la construcción de la propia opinión pública, respecto de la verdad y de la libertad, con el filtro de la multitud. La extrema importancia que las iniciativas en la red han tenido durante la insurgencia debe ser preservada como posibilidad de ejercicio permanente. Estas prácticas no tienen ningún carácter excepcional y deben traducirse en un ejercicio de control democrático continuo. Pero esto no es todo: los viejos medios deberán someterse también a un control social que los aleje de toda imposición posible por parte de los bloques de gobierno o de los partidos políticos. Por ahora no hay más que una sola manera de reforzar esta figura democrática: la libertad de expresión debe ser liberada del poder del dinero. La pluralidad de la información no puede estar supeditada a la vía de su propia capitalización, sino que debe ser garantizada por la soberanía popular a fin de multiplicar las discusiones, el intercambio de opiniones, las decisiones. El derecho de expresión no debe garantizarse sólo al individuo, sino que debe estar dirigido también hacia un ejercicio colectivo, evitando toda pretensión capitalista de explotación y cualquier intento de sometimiento. El derecho de expresión debe ser afirmado como un poder constituyente, abierto a la legitimación del común.

2) Los "bancos", las "finanzas", se han convertido con el desarrollo del capitalismo, en un poder aparte controlados por las elites industriales y políticas. Con el neoliberalismo se ha puesto fin a ese control y las finanzas se han vuelto  totalmente independientes, fundando la legitimidad de su intervención a nivel global. En Túnez, como tú has dicho, se juega también en la transición a la democracia una progresión de las formas de control capitalista sobre la vida civil. El capital financiero se presenta con una mayor agresividad y, en lo que respecta a la comunicación, a la par que la censura está finalmente desapareciendo, se presentan nuevas formas de control.
El problema es detener este proceso,  transformando la banca en un servicio público, de modo que la asignación de los fondos financieros y el desarrollo de las políticas de inversión sean decididas comúnmente. Los instrumentos de las finanzas deben ponerse al servicio de la multitud. Claramente esto implica la construcción de poderes democráticos de planificación financiera, coordinados con el poder legislativo y el poder ejecutivo, y arrebatar los poderes monetarios a la falsa e hipócrita independencia del Banco Central  que los han convertido en instrumento del capital global. 
Sin duda que esto es difícil de alcanzar.  No sólo nos enfrentamos a los banqueros nacionales, sino también a los intereses del capital global. Pero es un camino que debemos atravesar con gran determinación; con cautela, pero con determinación. Así, de hecho, plantamos una piedra en el levantamiento contra el neoliberalismo y el capitalismo financiero mundial, levantamiento que derivará finalmente en muro.
El New York Times se ha dado cuenta de inmediato: "una pequeña revolución", como la de Túnez, puede inflamar no sólo el Magreb sino todo el mundo árabe. Por tanto, debemos tener en cuenta para hacer frente  a un autócrata que puede hacer concesiones (al pueblo aunque sobre todo a los bancos y a las empresas multinacionales) más fácilmente que lo que pueda hacer un líder democrático, aunque débil,  como el que finalmente elegirán los tunecinos. Aquí está pues la previsión americana. Aquí en consecuencia nuestra hipótesis: no es posible hoy en día imaginar una revolución democrática que no implemente, antes que cualquier otra acción, la nacionalización de los bancos, una reapropiación de la renta, a la que deben seguir la instauración de la figura del derecho del común. Sólo así puede constituirse la potencia de la multitud. El objetivo al que se enfrenta esta reorganización financiera, democráticamente gestionada, es garantizar el bienestar de la población de Túnez, contra la precariedad estableciendo un ingreso garantizado, la posibilidad de una educación completa y una atención sanitaria adecuada a todos los ciudadanos.
Hoy no hay libertad que no resida en el común. No es por azar que la dictadura haya privatizado todo lo que en Túnez podía hacerlo; es necesario ahora que nos lo re apropiemos. Querido A.,  sólo sobre el común y sobre la gestión del común se basa ahora el futuro de tu generación y de tus hijos. Por supuesto que el desastre que han heredado no se elimina de un solo plumazo: no sólo la niebla que siguió a la insurrección se está disolviendo, habrá que centrarse y decidir con relación a las prioridades. Pero el dispositivo de un gobierno constituyente sólo puede mirar hacia el común. No dejes la propuesta del común (esta es también tu preocupación, Compañero A) a los musulmanes. Es bajo una falsa propaganda del común que ellos han desarrollado su actividad.

3) El tercer punto se refiere a la forma de gobierno. Como tú dices, la revuelta tunecina es un hecho social  que nace de toda la sociedad que trabaja. Ben Ali entendía claramente que él no debía permitir que la revuelta social se expresara políticamente y todo político sabe que el desempleo juvenil es una bomba de tiempo a punto de explotar. ¿Por qué?
Porque la juventud – la fuerza de trabajo cognitiva - es ahora la verdadera clase obrera de la era post industrial. Como se trata de una fuerza de trabajo cognitiva, estos jóvenes no son impotentes, de hecho, tienen los medios para superar la frustración que ha bloqueado a los más pobres y a la población de edad avanzada. La cultura de la impotencia fue golpeada con fuerza en  las calles de Túnez.
Ahora, estos jóvenes deben mantener abierto el proceso revolucionario, transformando la insurrección en máquinas de gobierno constituyente. No se puede dejar en manos de las viejas élites (ni socialista, ni democrática o islámica) la transformación de la constitución del país. Por otra parte, los tunecinos no tienen tanta necesidad hoy de una nueva constitución como de un proceso constituyente extendido al conjunto del país comprendiendo las fuerzas armadas, el poder judicial y las universidades. El poder legislativo y la governance necesaria para poner en marcha al país deben ser ejercidos directamente por los grupos revolucionarios y los jóvenes  y deben organizarse en todos los lugares donde sea posible; construyendo organización en todos los lugares donde sea posible y urgente hacerlo. Pero todo esto se puede hacer sólo alcanzando en el menor tiempo posible (en los proyectos de constitución democrática de la Ilustración de la que hablábamos, los tiempos en esa ocasión no eran menores a una década) el establecimiento de formas políticas estables de representación. La repentinización del poder global, de sus bancos, de sus instituciones centrales, es realmente grande: estos señores no tendrán ninguna dificultad en buscar (y pagar) a un socialista o a un islamista para inclinar la balanza a su favor! La insurrección se ha mostrado hábil y debe mostrarse igualmente hábil contra el poder mundial y sus emanaciones mediterráneas, que ya están en tren de concentrarse ante el peligro extremo de la insurrección tunesina y su extensión al Magreb. Recordemos (¿no era exactamente esa su preocupación, camarada A.?): si no construimos comités de acción constituyentes, serán los musulmanes, extremistas o moderados, quienes harán entrar la política en las mezquitas. Mientras más política democrática y constituyente haya, habrá más laicidad...
Adiós,  seguimos compartiendo la información. Se respira un aire fresco desde hace un tiempo un poco "por todos lados”. Esperando por Argelia!
Toni Negri
PD: Si abrimos los periódicos económicos occidentales, aquellos de derecha, hablan en primer lugar de cómo las agencias de calificación han disminuido la calificación de la deuda soberana de Túnez. Moody's ha rebajado la deuda soberana europea y ha cambiado su calificación de estable a negativa. Con el mismo argumente, la izquierda no se lamenta de esta descalificación porque se insiste en que la insurgencia es ... productiva. El fin de los retiros  mafiosos de la industria de Túnez  debería permitir la reanudación del crecimiento. Pero, ¿qué tipo de crecimiento? ¿El de la pobreza y la inseguridad?
En cuanto a la prensa política, la de derecha multiplica las amenazas: atención, ciudadanos tunecinos, porque si Uds. exageran, el ejército está listo para la represión. El mismo ejército que los ha ayudado a deshacerse de Ben Ali, continúan los comentaristas de la derecha. No contribuyan a aumentar el miedo al vacío. Pero desde la izquierda, pasado el breve momento de alegría, ¿que es lo que se demanda ahora? Ahora que Ben Ali se ha ido, ¿el país será capaz de reconstruir su aparato estatal y conducir  una transición pacífica hacia la democracia?  Pero, la izquierda, ¿no demanda más que esto?
En realidad de un lado y del otro la inquietud es tan grande como ha sido la sorpresa. La transición hacia la democracia en Túnez, ¿se convertirá en un ejemplo, en un laboratorio para el interior del mundo musulmán? Porque si no se desea ello, no resulta ser nada verdaderamente nuevo. Por el contrario, resulta algo considerado como viejo; se trata simplemente de un nuevo colonialismo. Querido A. no tengamos pánico en pensar en una nueva constitución, en un nuevo proceso constituyente, en nuevas herramientas de poder democrático de los ciudadanos. En el Magreb, en Argelia, en Túnez y en Egipto, ha habido momentos de gran desarrollo y profundización de una democracia construida desde abajo. Desmintamos la pobreza  represiva de los comentaristas americanos y europeos.
PPS: He leído esta carta antes de enviarla, estamos a 28 de enero y Egipto arde.

Traducción: César Altamira
Sitio:Uninomade 2.0 

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